Eres tu quien puede enlazar los conceptos
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EL DOLOR
Para poner fin al sufrimiento, al dolor, debemos comprender las modalidades de la mente, del deseo, de la voluntad, de la opción, de la ambición, investigar eso por completo, escuchar y ver para dar con esa verdad.
Mientras haya un punto en la mente que se mueva hacia otro punto, o sea, en tanto que la mente esté buscando seguridad en cualquier forma, jamás estará libre del sufrimiento.
La seguridad es dependencia, y una mente que depende no conoce el amor. Ver, observar, escuchar con todo nuestro ser, mirar simplemente simplemente el hecho, sin examinar ni juzgar, sin interpretar, sin distorsión alguna, tal como nos miramos en un espejo, dejando que la verdad del hecho opere, esto es el fin del sufrimiento, sólo así se puede ver a la mente cómo se libera del dolor. Esto es conocimiento propio, que trae consigo el fin del dolor.
Todo cuanto queremos saber es cómo terminar con el dolor, queremos una fórmula preconcebida mediante la cual acabar con él. Pero esto sólo implica que somos perezosos, que no existe esa energía extraordinaria que se requiere para buscar con todo el ser la comprensión del yo. Pero sólo cuando comprendemos el yo, como es de hecho en cada uno de nosotros y en relación con las personas, las ideas y las cosas, sólo entonces hay una terminación para el dolor.
http://www.proyectopv.org/1-verdad/terminaciondolor.htm
EL DOLOR ES ALGO MENTAL
El doctor del Dalai Lama habla sobre el poder del equilibrio:
El doctor del Dalai Lama, Pema Dorjee, es un médico tibetano exiliado a Dharamsala, India, que ama la naturaleza y la esencia de todos los seres.
En una entrevista con el diario español La Vanguardia, el especialista expone algunos principios de la medicina tibetana.
¿Qué diferencia la medicina tibetana de otras medicinas? Nada.
¿Nada? Los remedios de la medicina occidental vienen de la naturaleza, y tanto la India como la China o cualquier medicina tradicional tienen el mismo concepto: todos los fenómenos dependen y forman parte de las cinco energías cósmicas: la tierra, el fuego, el agua, el aire y el espacio de la mente. El universo se basa en el equilibrio de esos cinco elementos. Su desequilibrio comporta tragedias naturales y enfermedades, incluida la guerra. Hay tres conceptos que hay que tener muy claros: el abuso, el mal uso y la carencia. Esos tres extremos provocan el desequilibrio.
Eso es obvio, ¿no? Sí, pero no es tan obvio que hablar demasiado o demasiado poco perjudica su equilibrio y altera el de la gente que le rodea. Hasta que la ignorancia y la codicia queden eliminadas del fluir de la mente, por muy sanos que creamos estar, seguiremos enfermos. No pensar es negar; pensar demasiado es abusar de la mente. Poner la mente en el camino equivocado lleva a motivaciones erróneas.
Usted habla de budismo.
Nuestro sistema médico esta íntimamente ligado al budismo tibetano. Lo más importante que he aprendido en treinta años ejerciendo la medicina es que el hombre necesita estar conectado con la naturaleza. Si el hombre se desconecta de ella, se desequilibra, y si la destroza, también destroza su cuerpo.
¿Cómo conseguir el equilibrio en un mundo desequilibrado? Antes de comer, debe pensar si ese alimento es lo que necesita y si esa cantidad es la correcta. No hay que pensarlo después. En el plano mental, si quieres tener menos ansiedad, menos depresiones y menos estrés, tienes que estudiar qué es la vida. La enfermedad, como la vejez y la muerte, forma parte de la vida.
¿Aceptación? Si estás preparado para tener ese contacto con la vida no tendrás depresiones, crisis ni ansiedad.
Si actúas, comes y vives de manera equilibrada puedes prevenir muchas enfermedades, pero especialmente hay que tener cuidado con el gran director: la mente. Pensar demasiado destruye tus sistemas; un pensamiento equivocado es la causa de problemas en tu organismo. Apela usted al sentido común.
Si tu mente dirige tu cuerpo en el sentido correcto, no contraerás el sida y si tu actitud moral es la correcta, no harás daño a nadie.
La moral cambia con los tiempos, con las teleseries y los anuncios de la televisión. Una cosa no puede cambiar: tu sensibilidad hacia tu mente y cuerpo; sin ella no hay respeto hacia los demás.
¿Quién decide qué es moralmente correcto: Hitler en su día, el Papa, el Dalai Lama? Por muchas diferencias culturales que haya, todos somos seres humanos y, como tales, todos sabemos lo que es bueno y lo que es malo.
¿Y eso lo cura con medicamentos? Hay que checarse continuamente para saber si uno está bien consigo mismo. Piense antes de hablar, piense antes de comer, de actuar y de decidir. Si lo hace, no tendrá problemas. La primera receta que escribo a mis pacientes es: sonría al menos tres veces al día. Reír es básico. Sonreír es la energía más poderosa, brinda un equilibrio y lleva a otro estado.
El doctor atiende a conocidos pacientes en todo el mundo.
Su dolencia está en la mente: deseo, enojo y confusión.
EL DOLOR
Para poner fin al sufrimiento, al dolor, debemos comprender las modalidades de la mente, del deseo, de la voluntad, de la opción, de la ambición, investigar eso por completo, escuchar y ver para dar con esa verdad.
Mientras haya un punto en la mente que se mueva hacia otro punto, o sea, en tanto que la mente esté buscando seguridad en cualquier forma, jamás estará libre del sufrimiento.
La seguridad es dependencia, y una mente que depende no conoce el amor. Ver, observar, escuchar con todo nuestro ser, mirar simplemente simplemente el hecho, sin examinar ni juzgar, sin interpretar, sin distorsión alguna, tal como nos miramos en un espejo, dejando que la verdad del hecho opere, esto es el fin del sufrimiento, sólo así se puede ver a la mente cómo se libera del dolor. Esto es conocimiento propio, que trae consigo el fin del dolor.
Todo cuanto queremos saber es cómo terminar con el dolor, queremos una fórmula preconcebida mediante la cual acabar con él. Pero esto sólo implica que somos perezosos, que no existe esa energía extraordinaria que se requiere para buscar con todo el ser la comprensión del yo. Pero sólo cuando comprendemos el yo, como es de hecho en cada uno de nosotros y en relación con las personas, las ideas y las cosas, sólo entonces hay una terminación para el dolor.
http://www.proyectopv.org/1-verdad/terminaciondolor.htm
EL DOLOR ES ALGO MENTAL
El doctor del Dalai Lama habla sobre el poder del equilibrio:
El doctor del Dalai Lama, Pema Dorjee, es un médico tibetano exiliado a Dharamsala, India, que ama la naturaleza y la esencia de todos los seres.
En una entrevista con el diario español La Vanguardia, el especialista expone algunos principios de la medicina tibetana.
¿Qué diferencia la medicina tibetana de otras medicinas? Nada.
¿Nada? Los remedios de la medicina occidental vienen de la naturaleza, y tanto la India como la China o cualquier medicina tradicional tienen el mismo concepto: todos los fenómenos dependen y forman parte de las cinco energías cósmicas: la tierra, el fuego, el agua, el aire y el espacio de la mente. El universo se basa en el equilibrio de esos cinco elementos. Su desequilibrio comporta tragedias naturales y enfermedades, incluida la guerra. Hay tres conceptos que hay que tener muy claros: el abuso, el mal uso y la carencia. Esos tres extremos provocan el desequilibrio.
Eso es obvio, ¿no? Sí, pero no es tan obvio que hablar demasiado o demasiado poco perjudica su equilibrio y altera el de la gente que le rodea. Hasta que la ignorancia y la codicia queden eliminadas del fluir de la mente, por muy sanos que creamos estar, seguiremos enfermos. No pensar es negar; pensar demasiado es abusar de la mente. Poner la mente en el camino equivocado lleva a motivaciones erróneas.
Usted habla de budismo.
Nuestro sistema médico esta íntimamente ligado al budismo tibetano. Lo más importante que he aprendido en treinta años ejerciendo la medicina es que el hombre necesita estar conectado con la naturaleza. Si el hombre se desconecta de ella, se desequilibra, y si la destroza, también destroza su cuerpo.
¿Cómo conseguir el equilibrio en un mundo desequilibrado? Antes de comer, debe pensar si ese alimento es lo que necesita y si esa cantidad es la correcta. No hay que pensarlo después. En el plano mental, si quieres tener menos ansiedad, menos depresiones y menos estrés, tienes que estudiar qué es la vida. La enfermedad, como la vejez y la muerte, forma parte de la vida.
¿Aceptación? Si estás preparado para tener ese contacto con la vida no tendrás depresiones, crisis ni ansiedad.
Si actúas, comes y vives de manera equilibrada puedes prevenir muchas enfermedades, pero especialmente hay que tener cuidado con el gran director: la mente. Pensar demasiado destruye tus sistemas; un pensamiento equivocado es la causa de problemas en tu organismo. Apela usted al sentido común.
Si tu mente dirige tu cuerpo en el sentido correcto, no contraerás el sida y si tu actitud moral es la correcta, no harás daño a nadie.
La moral cambia con los tiempos, con las teleseries y los anuncios de la televisión. Una cosa no puede cambiar: tu sensibilidad hacia tu mente y cuerpo; sin ella no hay respeto hacia los demás.
¿Quién decide qué es moralmente correcto: Hitler en su día, el Papa, el Dalai Lama? Por muchas diferencias culturales que haya, todos somos seres humanos y, como tales, todos sabemos lo que es bueno y lo que es malo.
¿Y eso lo cura con medicamentos? Hay que checarse continuamente para saber si uno está bien consigo mismo. Piense antes de hablar, piense antes de comer, de actuar y de decidir. Si lo hace, no tendrá problemas. La primera receta que escribo a mis pacientes es: sonría al menos tres veces al día. Reír es básico. Sonreír es la energía más poderosa, brinda un equilibrio y lleva a otro estado.
El doctor atiende a conocidos pacientes en todo el mundo.
Su dolencia está en la mente: deseo, enojo y confusión.
2 comentarios
La Poderosa -
Red -
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