FRENOPATICO
(...)
-Mama, ¿es verdad que en esos rayos viajan seres de otros
planetas?
Doña Pilar, eternamente cansada, pero indulgente con su pequeño
hijo, posó la vista sobre Julián; con los ojos semicerrados, pues,
como había estado trabajando en la oscuridad desde ya hacía rato,
esos rayos de luz la lastimaban, le contestó dulcemente:
-Los seres de otros planetas no necesitan de esos rayos para viajar,
ellos están yendo y viniendo a través de nuestras cabezas.
La respuesta que le había dado su madre, lo inquietó y hasta lo
atemorizó: imaginó que dentro de la cabeza había un túnel por
donde iba y venían esos seres.
Ahora, después de tantos años, veía esos mismos haces de luz,
descomponiéndose en el prisma del vidrio y filtrándose entre los
espacios ocultos. Parecía que conservaban la suficiente fuerza para
dejar paso a los fantasmas escondidos detrás de cortinas, ahora
desplegadas sobre el ventanal; y las que habrían sido corridas por
Julián después de tantos años, para liberar los recuerdos
estacionados durante todos esos años.
Julián, más tarde, escribiría en su diario:
....Esas vivencias de mi infancia estrambótica, solitaria e ilusoria,
dieron forma a un mundo de ensueño e imágenes misteriosas, que
construyeron un mundo paralelo al real, superpuesto al mundo
cotidiano vivido por los demás...
Julián, se detuvo un momento a pensar sobre su mundo infantil,
para intentar darle un significado, un sentido a la profusión de
imágenes que le venían del recuerdo y que no lograban encontrar
un orden emocional.
...Esta historia narra las ocurrencias y pensamientos de ese niño
atrapado entre dos mundos -que sigue vivo dentro mío-, que
percibió que no era un niño corriente, igual a otros, y que no
respondía al patrón de lo que se entiende por normalidad...
Y concluía:
Al no poder socializar con personas reales, tuve que inventar un
mundo inexistente para no quedarme aislado. Mi mundo se convirtió
en un universo estrafalario, lleno de seres imaginarios, pero
absolutamente importantes para mí.
Atravesé mas de lo aconsejable las fronteras de la fantasía y viví
asilado en esos lugares, hasta que tuve edad suficiente para salir
de ese escondite, aunque luego, imprevistamente, un hecho me
cambió la vida...
Julián recordaba frente a una hoja vacía de su diario, vacilando; se
preguntaba qué hechos iba a volcar sobre el papel y qué hechos
ocultaría para siempre en su recuerdo. Estuvo a punto de no seguir
relatando su vida, pero algo hizo que escribiera: Eran tiempos
infinitos, como un universo, ilimitados, poblados por seres
fantásticos e inverosímiles, que iban y venían, trayendo noticias de
mundos lejanos, y que estaban al final del corredor de los sueños,
esperando el turno para atravesar esta dimensión...
Meditó, como si buscase alguna conclusión, sobre todas esas
experiencias y transcribió sus pensamientos: Fueron mis sueños
las primeras aventuras que me arrastraron con sus imágenes
impetuosas al centró de mi alma...
Ahora, tras esa experiencia reveladora, entendía que la historia de
todo ser humanos transcurre hacia adentro, en un mundo invisible y
secreto, y que se traduce hacia afuera, en una escenografía
aparente, aunque esa puesta en escena, pareciera ser la parte más
real.
La historia de una vida, también son los registros de las vivencias
subjetivas que fueron el caldo de cultivo de las grandes hazañas o
de las grandes cobardías, y también de las anécdotas de las
mínimas tonterías que atraviesan lo humano y le dan forma.
La razón está acostumbrada a analizar todo, a la luz de los valores
sociales considerados válidos y las creencias oficiales que lo
legitiman, y no sobre los mitos (inconscientes) que esa misma
cultura construyó subterráneamente, y que fueron la fuente de su
elevación o su hundimiento(...)
Fragmento extraido de un texto encontrado en internet llamado FRENOPATICO.
-Mama, ¿es verdad que en esos rayos viajan seres de otros
planetas?
Doña Pilar, eternamente cansada, pero indulgente con su pequeño
hijo, posó la vista sobre Julián; con los ojos semicerrados, pues,
como había estado trabajando en la oscuridad desde ya hacía rato,
esos rayos de luz la lastimaban, le contestó dulcemente:
-Los seres de otros planetas no necesitan de esos rayos para viajar,
ellos están yendo y viniendo a través de nuestras cabezas.
La respuesta que le había dado su madre, lo inquietó y hasta lo
atemorizó: imaginó que dentro de la cabeza había un túnel por
donde iba y venían esos seres.
Ahora, después de tantos años, veía esos mismos haces de luz,
descomponiéndose en el prisma del vidrio y filtrándose entre los
espacios ocultos. Parecía que conservaban la suficiente fuerza para
dejar paso a los fantasmas escondidos detrás de cortinas, ahora
desplegadas sobre el ventanal; y las que habrían sido corridas por
Julián después de tantos años, para liberar los recuerdos
estacionados durante todos esos años.
Julián, más tarde, escribiría en su diario:
....Esas vivencias de mi infancia estrambótica, solitaria e ilusoria,
dieron forma a un mundo de ensueño e imágenes misteriosas, que
construyeron un mundo paralelo al real, superpuesto al mundo
cotidiano vivido por los demás...
Julián, se detuvo un momento a pensar sobre su mundo infantil,
para intentar darle un significado, un sentido a la profusión de
imágenes que le venían del recuerdo y que no lograban encontrar
un orden emocional.
...Esta historia narra las ocurrencias y pensamientos de ese niño
atrapado entre dos mundos -que sigue vivo dentro mío-, que
percibió que no era un niño corriente, igual a otros, y que no
respondía al patrón de lo que se entiende por normalidad...
Y concluía:
Al no poder socializar con personas reales, tuve que inventar un
mundo inexistente para no quedarme aislado. Mi mundo se convirtió
en un universo estrafalario, lleno de seres imaginarios, pero
absolutamente importantes para mí.
Atravesé mas de lo aconsejable las fronteras de la fantasía y viví
asilado en esos lugares, hasta que tuve edad suficiente para salir
de ese escondite, aunque luego, imprevistamente, un hecho me
cambió la vida...
Julián recordaba frente a una hoja vacía de su diario, vacilando; se
preguntaba qué hechos iba a volcar sobre el papel y qué hechos
ocultaría para siempre en su recuerdo. Estuvo a punto de no seguir
relatando su vida, pero algo hizo que escribiera: Eran tiempos
infinitos, como un universo, ilimitados, poblados por seres
fantásticos e inverosímiles, que iban y venían, trayendo noticias de
mundos lejanos, y que estaban al final del corredor de los sueños,
esperando el turno para atravesar esta dimensión...
Meditó, como si buscase alguna conclusión, sobre todas esas
experiencias y transcribió sus pensamientos: Fueron mis sueños
las primeras aventuras que me arrastraron con sus imágenes
impetuosas al centró de mi alma...
Ahora, tras esa experiencia reveladora, entendía que la historia de
todo ser humanos transcurre hacia adentro, en un mundo invisible y
secreto, y que se traduce hacia afuera, en una escenografía
aparente, aunque esa puesta en escena, pareciera ser la parte más
real.
La historia de una vida, también son los registros de las vivencias
subjetivas que fueron el caldo de cultivo de las grandes hazañas o
de las grandes cobardías, y también de las anécdotas de las
mínimas tonterías que atraviesan lo humano y le dan forma.
La razón está acostumbrada a analizar todo, a la luz de los valores
sociales considerados válidos y las creencias oficiales que lo
legitiman, y no sobre los mitos (inconscientes) que esa misma
cultura construyó subterráneamente, y que fueron la fuente de su
elevación o su hundimiento(...)
Fragmento extraido de un texto encontrado en internet llamado FRENOPATICO.
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